martes, 9 de febrero de 2010

Sin itinerarios


Y casi palpando el cielo
embriagada de soledad
disfrutando una compañía
tan efervescente que se me va
tan pronto le digo hola.



Corriendo entre montañas
copadas de blanco
Saltando entre nubes de colores extraños
Buscando en la playa la piedra mas bella,
para comprar con ella una eternidad.



Sin rutas, se suceden mis días
me acaban las noches
Y regreso al mismo punto
pero no el mismo lugar.
La travesía infinita
de esta incógnita protagonista
es mas divertida cuando dejo de llorar
y a la par que se funden mis sonrisas
van muriendo mis nostalgias
y un nuevo destino se aloja
muy lejos... allá
en un horizonte ámbar
que a veces se tiñe de rojo
solo para hacerme soñar.

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