He abrazado el dolor como una cura implacable
he ido de menos a mas, abrazándome el pecho
cada vez con mas fuerzas y menos esperanzas.
He invocado un adiós apresurado, e intentado
tomar un camino aletargado en la paciencia.
Pero mis manos han fracasado, porque han seguido buscándote
mis labios han sido derrotados, por tu nombre
y mi rostro nunca se ha cansado de recibir tu sudor goteando.
Permaneces, y sobre todo en mis sueños, arrancándome
lentamente de los brazos de Morfeo, y obligàndome
a descansar en los tuyos, que me sostienen débilmente
y el miedo constante de caer, es lo único mas fuerte.
Miro hacia atrás y eres como una realidad alterna
como una burbuja efímera de calma, paz y éxtasis
como un momento pausado, sin oxigeno ni gravedad, en un
colchón de plumas, y algodón perfumado en euforia.
La tranquilidad ha sido el aderezo de mis días desde entonces
pero no puedo aliviar el pinchazo de angustia
cuando tu cara aparece en la oscuridad de mis párpados
y los momentos a solas te pertenecen íntegros...
Te espero todas las noches, cuando la inconsciencia me roba
la furia y la reemplaza por una urgente necesidad de tus manos
mi cuerpo te grita, con el calor de este verano eterno
que despertaste y que ahora no puedes amedrentar.
Mis manos crean ilusiones de tus caricias que esparzo sobre mi sabana
para que se me peguen al cuerpo cuando ruedo, buscándote en un
vacío sin nombre, ni edad, ni tiempo de caducidad.
Se ha ido contigo mi cordura, mi orgullo, mi sombra...
Me he quedado solo con el recuerdo marchito del ultimo beso
tu mirada segura sobre mis ojos temerosos, y el miedo en tu voz
la ultima vez que deje me acariciara el rostro.
Ni eso me impide esperarte, y de hecho casi desear desesperadamente
que renueves mis sonrisas, mis sueños y mis fantasías,
con tus prisas tan convincentes, y tu voz tan fuerte.
Con aquello que viniste a sembrar en mi vientre y que hace
tan difícil el decirte adiós, pero esta vez en serio...
sin la esperanza tonta de que me arrebates un te quiero
sin la esperanza vacía de que no me dejes ir.
he ido de menos a mas, abrazándome el pecho
cada vez con mas fuerzas y menos esperanzas.
He invocado un adiós apresurado, e intentado
tomar un camino aletargado en la paciencia.
Pero mis manos han fracasado, porque han seguido buscándote
mis labios han sido derrotados, por tu nombre
y mi rostro nunca se ha cansado de recibir tu sudor goteando.
Permaneces, y sobre todo en mis sueños, arrancándome
lentamente de los brazos de Morfeo, y obligàndome
a descansar en los tuyos, que me sostienen débilmente
y el miedo constante de caer, es lo único mas fuerte.
Miro hacia atrás y eres como una realidad alterna
como una burbuja efímera de calma, paz y éxtasis
como un momento pausado, sin oxigeno ni gravedad, en un
colchón de plumas, y algodón perfumado en euforia.
La tranquilidad ha sido el aderezo de mis días desde entonces
pero no puedo aliviar el pinchazo de angustia
cuando tu cara aparece en la oscuridad de mis párpados
y los momentos a solas te pertenecen íntegros...
Te espero todas las noches, cuando la inconsciencia me roba
la furia y la reemplaza por una urgente necesidad de tus manos
mi cuerpo te grita, con el calor de este verano eterno
que despertaste y que ahora no puedes amedrentar.
Mis manos crean ilusiones de tus caricias que esparzo sobre mi sabana
para que se me peguen al cuerpo cuando ruedo, buscándote en un
vacío sin nombre, ni edad, ni tiempo de caducidad.
Se ha ido contigo mi cordura, mi orgullo, mi sombra...
Me he quedado solo con el recuerdo marchito del ultimo beso
tu mirada segura sobre mis ojos temerosos, y el miedo en tu voz
la ultima vez que deje me acariciara el rostro.
Ni eso me impide esperarte, y de hecho casi desear desesperadamente
que renueves mis sonrisas, mis sueños y mis fantasías,
con tus prisas tan convincentes, y tu voz tan fuerte.
Con aquello que viniste a sembrar en mi vientre y que hace
tan difícil el decirte adiós, pero esta vez en serio...
sin la esperanza tonta de que me arrebates un te quiero
sin la esperanza vacía de que no me dejes ir.
Fotografìa: Vomito de flores.
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